domingo, 9 de marzo de 2014

Es la hora

Escultura de Sam Jinks


Llegó el momento.

Sentadas
una frente a la otra
con los dardos sobre las piernas
tanteamos el aire
para no fallar.
Para,
no.

Envueltas
por una nube indivisible
escupimos sustancias tóxicas.

La piel se cae
lentamente.

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