lunes, 1 de junio de 2009

LA NIÑA




Me enfado porque me da la gana.


Me enfado sin motivo.


Me enfado; y no respiro...


Me ahogo en mis recuerdos enfermizos.


Y es que en el fondo, sigo siendo


la misma niña asustadiza


que rechazaba caramelos


de los extraños,


la misma niña asustadiza


que temía que


le hiciesen daño.


Y aunque el paso de los años


la haya ocultado en este


cuerpo de mujer,


la niña manda.


Y aunque la sombra de ojos


pretenda tapar el brillo


de su mirada,


la niña es sabia.


La niña nunca olvida.


No baja la guardia...


Te recuerda que no puedes


confiar en los demás,


aunque te prometan jugar


a papás y a mamás.

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